Taylor Binns nunca pensó que volvería a ver al mundo como lo vio algún día, pues poco a poco perdía la visión y el tiempo para poder intervenir. Todos pensaron que no podría volver a ver, pero esto no fue así, un trasplante de células madre le devolvió la visión.
Tras estar trabajando como misionero en Haití, Brinns desarrolló dolor de ojos y visión borrosa. Los médicos estaban desconcertados no sabían cuál era el problema y poco a poco se volvió ciego durante un período de dos años.
Tras ser sometido a estudios, se le diagnosticó insuficiencia límbica, que significaba que sus ojos estaban construyendo tejido cicatricial.
Pero gracias a un procedimiento llamado trasplante de células madre del limbo pudo recuperar la vista. Los médicos de Toronto eliminaron el tejido cicatricial de sus ojos y lo reemplazaron con células madre de los ojos de su hermana. En un mes su visión era 20/40 (indica que el objeto que alguien ve correctamente a los 6 metros puede ser visto por otra persona con visión normal desde 12 metros de distancia), pasando a ser 20/20 (visión normal) y 20/40.
Ademas el dolor en sus ojos desapareció por completo.
El Hospital Occidental de Toronto ha realizado seis operaciones más del mismo tipo desde entonces, y todas han tenido éxito.
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